La huella hídrica (HH)💧🌎
Actualizado: 22 mar 2022
Por: I.Q.I Itzel López
Una de las problemáticas que nos aqueja en pleno siglo XXI es la sobreexplotación de uno de los recursos naturales más valiosos para la humanidad: el agua. Desde hace algunos años se viene haciendo énfasis en ahorrar y no desperdiciar ese líquido vital para nuestra existencia, pero ¿Estamos realmente conscientes de en dónde y cómo gastamos el agua que utilizamos durante nuestra vida cotidiana? Para poder atacar el tema de raíz necesitamos conocer a profundidad el problema. Responder la pregunta anterior podría ayudarnos a reflexionar para comenzar a proponer soluciones de manera eficaz.
En este contexto surge el concepto “Huella hídrica”. La huella hídrica (o WF por sus siglas en inglés) trata de englobar en un solo termino los parámetros calidad y cantidad por lo que no sólo nos va a indicar cuánta agua gastamos en un producto o servicio directamente sino también, cuánta agua se desperdicia para obtener ese producto o servicio de inicio a fin; es decir, se hace una investigación a lo largo de la cadena de producción de ese servicio o producto para obtener cuánta agua se utilizó y desechó para todo aquello que hizo posible tener ese producto o servicio tal cual lo conocemos. Por ejemplo, según el artículo escrito por Rick J. Hogeboom, para producir una pizza se necesitan 3,000 L de agua, tomando en cuenta toda el agua necesaria para la totalidad de los ingredientes utilizados en su preparación. Al igual menciona que un humano promedio ocupa un estimado de 3,800 L de agua al día para realizar todas sus actividades cotidianas, la mayoría de esa agua se ocupa para obtener su comida. Dicho artículo también proporciona un dato revelador ya que afirma que una dieta vegetariana ocupa 40% menos agua que la dieta de un omnívoro.
¿Por qué se dice que la huella hídrica puede ser más efectiva que otros indicadores tradicionales? Bueno, para responder esto tendremos que hablar sobre la clasificación que se tiene dentro del concepto de huella hídrica, la cual se puede categorizar por los colores relacionados a la procedencia del agua:
Huella hídrica verde. Proviene de las precipitaciones y la nieve derretida que se almacena en las raíces de las plantas y se evapora. Relevante para los artículos agrícolas y forestales por la evaporación del agua en las plantas y árboles.
Huella hídrica azul. Es el agua superficial y subterránea (agua dulce). El agua consumida para regadío en la agricultura, la industria y en los hogares.
Huella hídrica gris. El agua necesaria para adecuar todos los contaminantes agrupados a una actividad para cumplir con los parámetros de las normas de calidad del agua.
Clasificando de esta manera, es más sencillo identificar el agua presente durante toda la cadena de producción del servicio o producto sometido a análisis, y contabilizar totalmente el agua utilizada.
En el gráfico I, podemos visualizar de acuerdo con el artículo de Rick J. Hogeboom, cómo los 10,000 billones de metros cúbicos de agua que consumimos la humanidad al año se reparten entre la clasificación mencionada anteriormente:
El concepto de huella hídrica no es simplemente un indicador, sino que también surge para hacernos conscientes de cómo el agua está implícita en la globalización, lo cual ha abierto una nueva rama de estudio en cuanto al análisis de las huellas hídricas.
A pesar de esto, específicamente han determinado que la huella hídrica se debe analizar a nivel local aunque el agua esté incrustada en este proceso de flujo de mercado entre países, ya que es más preciso estimar la huella hídrica de una región, con ello identificar las fuentes y causas, posteriormente comparar si es que la huella calculada es sustentable con la recuperación de agua dulce en determinada región, y finalmente proponer las soluciones que atacarán con mayor exactitud el problema.
Resultado de la evolución que ha tenido el concepto durante su desarrollo, surgió la “Evaluación de la huella hídrica” (mediante el método explicado en la figura I) puesto que profesionistas como académicos comenzaron a interesarse en el cálculo de su propia huella hídrica.
Como conclusión, podríamos decir que la huella hídrica es un concepto que debemos conocer y utilizar en nuestra vida cotidiana. La evaluación de este término nos ha proporcionado información que tendría que concientizarnos sobre el verdadero impacto que tiene nuestro estilo de vida en la disponibilidad de un recurso tan valioso pero muy poco cuidado por todos los humanos. Si analizamos bien, nos daríamos cuenta de que algunas acciones o la eliminación de malos hábitos podrían ir minimizando la huella hídrica de cada persona, contribuyendo a la resolución de una de las principales problemáticas del siglo XXI.
Referencias bibliográficas
J. Hogeboom, Rick. The Water Footprint Concept and Water´s Grand Environmental Challenges. (2020). Multidisciplinary Water Management Group, Faculty of Engineering Technology, University of Twente, Enschede 7522 NB, The Netherlands. https://doi.org/10.1016/.oneear.2020.02.010
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