¿PTAR COMO SOLUCIÓN A LA ESCASEZ DEL AGUA?💦
Actualizado: 24 mar 2022
Por: I.Q Frida Soberanes
México ha enfrentado en 2021 una de las sequías más severas y extendidas en décadas. Más de 50 millones de personas experimentan algún tipo de escasez, según investigadores científicos de México y otros países. Los expertos coinciden en que la situación, alimentada por el cambio climático, probablemente empeorará. Aquí, un repaso de 10 cifras para conocer la situación del agua en México.
De acuerdo con los datos de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), puede afirmarse que nuestro país enfrenta una severa crisis de contaminación del agua en prácticamente todos los espacios en que se almacena o se distribuye. En efecto, de acuerdo con el organismo, en el 2019 sólo el 42.5% de la red nacional de agua superficial, conformada por 2,764 sitios, presentó un nivel de calidad excelente a la disponibilidad de oxígeno a cinco días; pero sólo el 15.8% considerando el indicador de la demanda química de oxígeno. En contraste, prácticamente el 10% de los sitios de esta red mostraron toxicidad, es decir, son sitios con agua fuertemente contaminada y no apta para ningún uso humano.
Debe señalarse que, a través del uso de ocho indicadores, la CONAGUA cuenta con un “semáforo” (con los colores verde, amarillo y rojo), de calidad del agua en la red de cuerpos superficiales de agua; destaca en ese sentido que el 31% de los cuerpos de agua del país están en amarillo, con una fuerte presencia de la bacteria E_Coli y de Coliformes fecales; mientras que el 38.5% se encuentra en color rojo, con una presencia creciente de partículas dañinas como los enterococos.
De este modo la importancia del uso de PTAR ha ido en aumento, siendo que estas tienen como función ser un sistema de limpieza que ofrece el saneamiento adecuado de aguas residuales que puedan ser reutilizadas o depositadas al ambiente sin dañarlo.
Sin embargo, como todo gran proyecto significan una inversión, y su instalación depende de diferentes factores, la inversión que se necesita para instalar y mantener una PTAR varía mucho de precio, esto porque cada empresa tiene necesidades y requerimientos diferentes. Para determinar el costo de una PTAR se toman en cuenta los siguientes factores:
Ubicación: Se debe tomar en cuenta el espacio que se destinará para la PTAR, así como el tipo de suelo que tiene, los límites, en que parte se evacuaría el agua tratada. Con esto se puede determinar las dimensiones que tendrá la planta de tratamiento.
Características del agua a tratar: Para poder definir el tipo de tratamiento que necesita el agua residual primero se debe medir las características que tiene. En esta parte se hace un análisis del agua para conocer las características particulares de la misma, algunos de los parámetros son fósforo, nitrógeno, grasas, aceites, entre otros.
Tipo de tratamiento: Una vez que se conoce el nivel de contaminación que tiene el agua se define el proceso que debe tener para limpiarla. Por ejemplo, por el tipo de industria el agua residual que se produce necesita etapa de filtración, para luego pasar por un reactor de oxidación para degradar la materia orgánica; esto produce lodos que deben ser separados por un sedimentador. Como última etapa se desinfecta el agua para poder reutilizarse.
Capacidad del agua: Dependiendo del flujo de agua utilizado para las actividades, el tamaño de tanques de almacenamiento, así como según los procesos necesarios el número de tanques.
Mano de obra y materiales de construcción: Este factor depende del tamaño de la PTAR para saber la cantidad de material que se necesita para su construcción, así como el número de personas que trabajarán en ello. De igual forma pueden conseguir una planta portátil, aquí el precio se tomaría por el traslado y la instalación del mismo.
Operación: Una vez que se conozca el proceso y tamaño que tendrá la PTAR se sabrá si es necesario que se tenga un operador para que funcione de forma correcta o si la PTAR puede hacerlo de manera automatizada. Los costos de operación consideran la energía que se utiliza para que se realice el tratamiento.
Mantenimiento: Como cualquier tipo de maquinaría e instalaciones las plantas de tratamiento de aguas residuales necesitan de mantenimiento cada cierto tiempo; este puede ser semestral, anual, u otro. El objetivo de contemplar el mantenimiento dentro del precio es asegurar el cumplimiento de la calidad del agua tratada y que todo el sistema esté funcionando correctamente.
Entre los beneficios que estos sistemas de saneamiento tienen a largo plazo son:
Permite la reutilización del agua en fines sanitarios, riego, higiénicos, etc.
Ahorro en costos de limpieza, tratamiento y mantenimiento industrial.
El agua tratada se puede vender al sector agrícola y ganadero.
Reduce el consumo de agua potable.
Disminuye la contaminación medioambiental.
No pones en riesgo la salud pública.
Pese a los beneficios que estas plantas ofrecen, su implementación se ve frenada por inversión que implica, así mismo tratar las aguas residuales, en ocasiones llega a costar tanto o más que el costo del servicio de entrega de agua de primer uso. Ahora que se pretende implantar una norma de descarga más exigente con la justificación de tratar para la conservación del medio ambiente ¿Cómo se puede justificar financieramente su implantación?
Cuando la justificación se hace a partir de la comparación de costos (costo de tratar el agua residual y costo del impacto ambiental causado por las descargas sin tratar), el problema surge en el proceso en el que se cuantifica el costo del deterioro del medio ambiente, costo que por la inexistencia de un mercado que permita cotizar la conservación ambiental es difícil de estimar. Se han desarrollado técnicas de estimación indirectas, como la denominada de “Valor Contingente”, que por medio de encuestas trata de determinar el monto que la sociedad está dispuesta a pagar para conservar el medio ambiente; o el uso de Precios Hedónicos, en los que se trata de cuantificar el valor del deterioro de su entorno mediante la estimación de la pérdida de valor de los predios afectados por el impacto ambiental; o el de Costos de Viaje, que mide la cantidad que las personas pagan para visitar una reserva natural.
En México, tratar de justificar la bondad de tratar el agua residual municipal antes de verterla a un cuerpo receptor, resulta absurdo cuando existe la disposición legal que obliga a las autoridades municipales a tratar el agua residual que se genera en su jurisdicción.
Aplicar sistemas de tratamiento de bajo costo generalmente se complica por la falta de disponibilidad de las reservas territoriales para instalar sistemas de tratamiento que requieran poca energía eléctrica para funcionar. Debido a la disponibilidad de espacio, se tiene que recurrir a sistemas mecanizados y, con ello, al consumo de grandes cantidades de energía, sobre todo en los casos en que se requieren instalaciones de tratamiento con capacidad mayor a cien litros por segundo (lps). Un sistema de lodos activados convencional genera un efluente con menos carga contaminante y con menor demanda de oxígeno al cuerpo de agua receptor, pero también genera lodos residuales que posteriormente se confinan en algún sitio destinado para tal propósito.
Dar tratamiento al agua residual es una obligación establecida en las leyes mexicanas, sobre todo cuando estas se descargarán a un cuerpo receptor de agua nacional (LAN, Art. 29 BIS II, 2016). En la práctica muchas PTARs son abandonadas debido a la falta de recursos, sobre todo las mecanizadas. Una estimación correcta del precio del agua tratada permitirá establecer las políticas y estrategias para financiar la operación y el mantenimiento de la PTAR.
Así que realmente, aunque las PTAR pueden dar un giro radical al recurso más indispensable, las diferentes situaciones, políticas, y económicas influyen y limitan la gestión de estos procesos de saneamiento. Aun que podrían funcionar como una solución, los medios actuales no dan la oportunidad de crear una solución estable.
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